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¿Las bolsas de té de papel contienen microplásticos? 5 datos para un consumo más seguro en 2025

Ago 26, 2025

Resumen

Una investigación sobre la composición de las bolsas de té comunes revela una fuente importante y a menudo ignorada de contaminación plástica. Muchas bolsas de té comerciales, incluidas las que parecen de papel, suelen sellarse con plásticos resistentes al calor, como el polipropileno, para mantener su integridad durante la fabricación y la infusión. Los estudios científicos, sobre todo los realizados en 2025, demuestran que al remojar estas bolsitas de té en agua caliente se libera una cantidad sorprendente de microplásticos y nanoplásticos, que pueden alcanzar los miles de millones de partículas por taza. Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona puso de relieve que materiales como el polipropileno, el nailon-6 e incluso ciertas bolsas a base de celulosa pueden desprender estas partículas cuando se exponen a temperaturas típicas de infusión de 95°C. Estos fragmentos microscópicos son lo suficientemente pequeños como para ser ingeridos y se ha demostrado en laboratorio que pueden ser absorbidos por las células intestinales humanas. Esto plantea importantes interrogantes sobre las consecuencias a largo plazo para la salud de la exposición acumulativa. Los resultados subrayan la necesidad de una mayor transparencia en el envasado de alimentos y un cambio hacia alternativas sin plástico verificables, como bolsas de algodón orgánico cosidas, té a granel o bolsas hechas de ácido poliláctico (PLA).

Principales conclusiones

  • Muchas bolsas de té de papel están selladas con plástico de polipropileno, que se filtra al calentarse.
  • Preparar una sola bolsita de té que contenga plástico puede liberar miles de millones de partículas microplásticas.
  • Para evitar su ingestión, pregúntese "¿tienen microplásticos las bolsitas de té de papel?" cuando elija su té.
  • Elija bolsas de té cosidas, grapadas o explícitamente etiquetadas como "sin plástico".
  • El té a granel sigue siendo el método más fiable para obtener una infusión totalmente libre de plástico.
  • Alternativas como el PLA (almidón de maíz) ofrecen un material biodegradable y más seguro para las bolsitas de té.
  • Las telas no tejidas pueden ser una opción sin plástico, siempre que estén hechas de fibras naturales.

¿Las bolsas de té de papel contienen microplásticos? 5 datos para un consumo más seguro en 2025

El ritual de preparar té es una experiencia profundamente humana, un momento tranquilo de solaz y calidez impregnado de siglos de tradición. Comienza con el sencillo acto de colocar una bolsita de té en una taza, seguido del suave vertido de agua caliente que despierta las hojas y libera su fragante esencia. Observamos cómo se intensifica el color, se eleva el vapor y anticipamos el placer del primer sorbo. Pero, ¿y si esta preciada práctica diaria albergara un huésped invisible? ¿Y si el mismo recipiente diseñado para contener el té estuviera liberando al mismo tiempo algo no deseado en nuestra infusión? Esa es la cuestión, ¿tienen microplásticos las bolsitas de té de papel?llega al corazón de la creciente preocupación por los contaminantes invisibles de nuestros sistemas alimentarios. Nos desafía a observar más de cerca los objetos que damos por sentados y a comprender las complejas realidades del envasado moderno de alimentos. Esta exploración no pretende infundir miedo, sino fomentar una conciencia más profunda que nos permita proteger la pureza de nuestra taza diaria.

Dato 1: La engañosa simplicidad de la bolsa de té "de papel

A primera vista, una bolsita de té parece una maravilla de diseño simple: una bolsa de papel poroso que contiene hojas de té secas. Para la mayoría de nosotros, la bolsa siempre ha sido eso: papel. Sin embargo, la lógica de la producción en masa y la comodidad del consumidor han introducido una complicación que no se ve a simple vista. La necesidad de que una bolsita de té resistiera el agua hirviendo sin deshacerse, a la vez que fuera barata y fácil de sellar a altas velocidades, llevó a los fabricantes por un camino que implicaba el plástico.

Comprender la composición moderna de las bolsitas de té

El material de una bolsita de té es un delicado equilibrio de propiedades. Debe ser lo suficientemente poroso como para permitir que el agua infusione las hojas de té, pero lo suficientemente resistente como para evitar que esas hojas se escapen. No debe transmitir ningún sabor propio y debe mantener su forma cuando está húmeda y caliente. Aunque el cuerpo principal de muchas bolsas está compuesto de fibra de papel, a menudo derivada del cáñamo abacá, el método de sellado de la bolsa es donde surge el problema.

Muchas bolsitas de té planas, cuadradas o redondas no se cosen ni se pliegan para cerrarlas. En su lugar, se sellan con calor. Para que las fibras de papel se adhieran entre sí mediante calor, se necesita un termoplástico, un tipo de plástico que se vuelve flexible cuando se calienta y se solidifica al enfriarse. La opción más común para esta aplicación es el polipropileno. Un pequeño porcentaje, a menudo alrededor del 20-30% del material total de la bolsa de té, es una fina malla de fibras de polipropileno entretejidas con las fibras de papel. Cuando la selladora aplica calor y presión, estas fibras de plástico se funden y cierran la bolsa. Es una solución ingeniosa desde el punto de vista de la fabricación, pero cambia fundamentalmente la naturaleza de la bolsa de "papel" a un "compuesto de plástico y papel."

El papel fundamental del polipropileno como sellante térmico

El polipropileno es un plástico omnipresente, apreciado por su alta tolerancia al calor y su resistencia química. Se designa con el código de identificación de resina "5" y se encuentra en todo tipo de productos, desde envases de yogur hasta piezas de automóvil. Por lo general, los organismos reguladores lo consideran "seguro para los alimentos", lo que significa que no se espera que lixivie sustancias químicas nocivas en cantidades significativas en condiciones normales de uso.

Sin embargo, el problema con las bolsitas de té es que las "condiciones de uso" son cualquier cosa menos normales. El acto de preparar té implica sumergir la bolsa en agua que está en su punto de ebullición o cerca de él (95-100°C o 203-212°F). Este calor intenso somete a las fibras de polipropileno a una tensión considerable. Aunque el plástico no se funde como lo haría una botella de plástico en un incendio, la alta temperatura puede hacer que se degrade y desprenda fragmentos microscópicos, lo que ahora llamamos microplásticos. Como pone de relieve una investigación del Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI), incluso los plásticos aptos para uso alimentario pueden empezar a descomponerse y liberar partículas cuando se calientan a más de 40 °C (104 °F), una temperatura muy inferior a la de una taza de té recién hecha.

Por qué importa incluso una pequeña cantidad de plástico

Se podría pensar que un pequeño porcentaje de plástico en una bolsita de té es insignificante. Aquí es donde la comprensión de la escala se vuelve tan importante. El término "microplásticos" se refiere a partículas de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro. Los "nanoplásticos" son aún más pequeños, con un diámetro inferior a 1.000 nanómetros. Para ponerlo en perspectiva, un cabello humano mide unos 70.000 nanómetros de ancho.

Dado que estas partículas son tan infinitesimales, una cantidad aparentemente pequeña de plástico puede fragmentarse en un número astronómico de ellas. La superficie total de estas innumerables partículas diminutas es enorme, lo que aumenta su potencial de interacción con el entorno circundante, en este caso, su té y, posteriormente, su cuerpo. Por lo tanto, la presencia de incluso una pequeña cantidad de polipropileno como sellador no es un detalle trivial; es el mecanismo mismo por el que nuestro té puede convertirse en un sistema de entrega de partículas de plástico. La cuestión no es sólo si las bolsitas de té de papel tienen plástico, sino cuáles son las consecuencias de la presencia de ese plástico cuando se encuentra con agua hirviendo.

Dato 2: La ciencia de la liberación de microplásticos inducida por el calor

La transformación de un sellador de plástico sólido en una nube de partículas invisibles en su taza de té es un proceso regido por principios básicos de la ciencia de los materiales y la química. No se trata de si el plástico se descompondrá, sino de cuánto y con qué rapidez. En los últimos años, una investigación pionera ha hecho que esta cuestión pase de ser una cuestión teórica a un hecho cuantificable, con cifras sorprendentes que exigen nuestra atención.

Cómo el calor acelera la degradación del plástico

Los plásticos como el polipropileno son polímeros, es decir, largas cadenas de moléculas repetidas. Estas cadenas se mantienen unidas mediante enlaces químicos. Cuando se exponen a factores de estrés como el calor, la luz ultravioleta o la abrasión mecánica, estos enlaces pueden debilitarse y romperse. En el contexto de una bolsita de té, el principal factor de estrés es la energía térmica del agua caliente.

Cuando se vierte agua hirviendo sobre una bolsa de té que contiene fibras de polipropileno, la energía calorífica hace que estas largas cadenas de polímeros vibren rápidamente. Esta agitación, combinada con la presencia de agua (un proceso conocido como hidrólisis), puede hacer que las cadenas se rompan en trozos mucho más pequeños. El resultado es el desprendimiento de microplásticos e incluso nanoplásticos más pequeños directamente en el líquido. La estructura que antes era una fibra sólida se desintegra en una suspensión de miles de millones de partículas individuales, demasiado pequeñas para verlas, saborearlas o sentirlas.

Una inmersión profunda en las cifras: Miles de millones de partículas por taza

La prueba más concluyente hasta la fecha sobre este fenómeno procede de un estudio realizado en 2025 por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, que se basó en trabajos fundacionales anteriores en este campo. Los investigadores analizaron varios tipos de bolsas de té comerciales, incluidas las de nailon-6 (a menudo utilizadas en las bolsas piramidales "sedosas") y las de papel sellado con polipropileno. Los resultados fueron asombrosos.

El estudio, publicado y reseñado en fuentes como Food Safety Magazine, descubrió que remojar una sola bolsita de té fabricada con polipropileno a temperatura de infusión (95 °C) liberaba aproximadamente 1.200 millones de partículas de plástico en una sola taza de té. Estas partículas eran predominantemente de tamaño nanométrico, con un tamaño medio de unos 137 nanómetros. Para visualizarlo, imagine que un solo grano de arena se descompone en más de mil millones de motas de polvo. Esa es la escala de fragmentación que se produce en tu taza. En la tabla siguiente se resumen los resultados obtenidos con los distintos materiales analizados.

Material de la bolsa de té Partículas de plástico liberadas (por ml) Tamaño medio de las partículas Partículas equivalentes por taza (240 ml)
Polipropileno ~1.200 millones 136,7 mn ~288.000 millones
Nylon-6 ~8,18 millones 138,4 nm ~1.960 millones
Celulosa (Control) ~135 244,0 nm ~32,400

Datos adaptados del estudio 2025 de la Universidad Autónoma de Barcelona. La drástica diferencia entre el polipropileno y el control de celulosa pone de manifiesto el impacto directo del sellante plástico.

Nanoplásticos frente a microplásticos: Una distinción crítica

La distinción entre microplásticos y nanoplásticos no es meramente académica; tiene profundas implicaciones para los posibles efectos sobre la salud. Mientras que los microplásticos son pequeños, los nanoplásticos son órdenes de magnitud más pequeños. Su diminuto tamaño les confiere propiedades diferentes.

Piénselo así: una partícula de microplástico podría ser como un trozo de grava en su organismo. Los sistemas de filtración del organismo, como el revestimiento intestinal, podrían impedir que pasara al torrente sanguíneo. Un nanoplástico, sin embargo, es más parecido a una mota de polvo. Su tamaño le permite sortear estas barreras biológicas. El estudio de la UAB descubrió que las partículas liberadas por las bolsas de té eran lo bastante pequeñas como para ser absorbidas por células intestinales humanas en un laboratorio. Esto sugiere una vía para que estas partículas de plástico pasen del tracto digestivo al torrente sanguíneo y se acumulen potencialmente en diversos órganos de todo el cuerpo. La preocupación, por tanto, no es sólo la ingestión de plástico, sino la posibilidad de una exposición sistémica a nivel celular.

Dato 3: Evaluación de las posibles consecuencias para la salud de la ingestión de plásticos

Una vez establecido que es probable que miles de millones de partículas de plástico entren en nuestro cuerpo con cada taza de té, la siguiente pregunta inmediata y lógica es: ¿qué significa esto para nuestra salud? El campo de la toxicología de los microplásticos es relativamente nuevo, y los investigadores trabajan con diligencia para comprender todo el espectro de efectos. Aunque todavía no hay estudios definitivos a largo plazo en humanos -el problema se ha identificado recientemente-, las pruebas existentes de estudios de laboratorio y nuestra comprensión de la biología proporcionan un marco para evaluar los riesgos potenciales.

El viaje de los microplásticos y nanoplásticos por el cuerpo

Cuando se bebe té que contiene estas partículas, su viaje comienza en el sistema digestivo. Es probable que los microplásticos más grandes atraviesen el tracto gastrointestinal y sean excretados. La principal preocupación reside en los nanoplásticos más pequeños, que abundan en el lixiviado de las bolsitas de té.

Como se ha demostrado en estudios de cultivos celulares, estas nanopartículas son lo bastante pequeñas como para ser absorbidas por las células que recubren los intestinos (enterocitos). A partir de ahí, pueden entrar en el sistema linfático o en el torrente sanguíneo, un proceso conocido como translocación. Una vez en el sistema circulatorio, pueden ser transportados por todo el cuerpo, llegando a órganos como el hígado, los riñones, el bazo, e incluso cruzando potencialmente la altamente selectiva barrera hematoencefálica o la barrera placentaria en personas embarazadas. Los mismos materiales diseñados para la comodidad de nuestras cocinas pueden estar emprendiendo un viaje no deseado al interior de nuestros cuerpos.

Posibles efectos celulares y sistémicos

El daño potencial de estas partículas de plástico internalizadas puede clasificarse en tres áreas principales:

  1. Daño físico: La mera presencia de estas diminutas partículas extrañas a nivel celular puede provocar estrés físico e inflamación. La inflamación crónica es una causa conocida de muchas enfermedades, y la irritación persistente de las nanopartículas indigeribles podría desencadenar o exacerbar respuestas inflamatorias en los tejidos.
  2. Lixiviación química: Los plásticos no son inertes. Se fabrican con un cóctel de aditivos químicos -como plastificantes, estabilizantes y colorantes- que les confieren propiedades deseadas como flexibilidad y durabilidad. Estas sustancias químicas no siempre están permanentemente unidas al polímero plástico. Con el tiempo, especialmente en el ambiente cálido y químicamente activo del cuerpo humano, estos aditivos pueden filtrarse. Algunas de estas sustancias químicas son disruptores endocrinos conocidos, que pueden interferir con los sistemas hormonales del cuerpo, mientras que otras son carcinógenos potenciales.
  3. Vector de otras toxinas: Los microplásticos pueden actuar como pequeñas esponjas en el medio ambiente, absorbiendo otros contaminantes como metales pesados y pesticidas en su superficie. Al ingerir la partícula de plástico, también puede estar recibiendo una dosis concentrada de estas otras toxinas, que luego se liberan en el interior del organismo.

El NCBI ha recopilado investigaciones que ponen de manifiesto estas preocupaciones, señalando que los consumidores frecuentes de té podrían estar "dosificándose continuamente con miles de millones de partículas de plástico", algunas de las cuales son lo suficientemente pequeñas como para penetrar en las células humanas.

Adopción del principio de precaución

Ante la incertidumbre científica sobre los efectos a largo plazo, la salud pública suele basarse en el "principio de precaución". Este principio establece que cuando una actividad plantea amenazas de daños para la salud humana o el medio ambiente, deben tomarse medidas de precaución aunque algunas relaciones causa-efecto no estén plenamente establecidas científicamente.

En el caso de los microplásticos en el té, tenemos pruebas claras de exposición. Tenemos mecanismos plausibles de daño basados en estudios de laboratorio. Lo que nos falta son los datos epidemiológicos de décadas de duración que relacionen definitivamente el plástico de las bolsitas de té con enfermedades específicas en humanos. Aplicar el principio de precaución significa que es prudente reducir o eliminar esta exposición innecesaria e involuntaria ahora, en lugar de esperar a que el daño potencial sea innegable. Elegir té sin plástico no es una reacción exagerada; es una decisión racional, consciente de la salud y basada en las mejores pruebas disponibles.

Dato 4: Navegar por el mercado del té realmente sin plástico

Con el conocimiento de que muchas bolsas de té convencionales son una fuente de microplásticos, la atención se centra naturalmente en encontrar alternativas más seguras. La buena noticia es que el mercado está respondiendo a la demanda de los consumidores, y ahora hay más opciones sin plástico que nunca. La clave está en saber qué buscar y entender la terminología utilizada por los fabricantes. Elegir con conocimiento de causa le permitirá seguir disfrutando del té sin la carga de plástico que conlleva.

Anatomía de una bolsa de té sin plástico

La forma más sencilla de identificar una bolsa de té potencialmente segura es examinar cómo está construida. Una bolsa verdaderamente libre de plástico no se basa en una costura termosellada. En su lugar, se mantiene unida por medios puramente mecánicos. Busque bolsas que lo estén:

  • Cosido: Estas bolsas, a menudo de algodón orgánico o papel, se cierran cosiéndolas con hilo. Se puede ver la pequeña línea de costura, normalmente a lo largo del borde superior.
  • Grapado: Un método habitual en los modelos más antiguos de bolsitas de té consiste en utilizar una pequeña grapa metálica para unir el papel y fijar el cordel y la etiqueta. Aunque a algunos les preocupe el metal, se trata de un material inerte que no desprende partículas al té.
  • Doblado: Algunos diseños utilizan intrincadas técnicas de plegado para crear una bolsa de cierre automático que sujeta las hojas de té de forma segura sin necesidad de adhesivos ni selladores.

Si una bolsa tiene un borde perfectamente plano y ondulado, sin hilos ni grapas visibles, es casi seguro que está termosellada y contiene plástico.

Materiales emergentes: PLA, almidón de maíz y fibra de abacá

En respuesta al problema de los microplásticos, muchas marcas con visión de futuro han optado por materiales innovadores, biodegradables y de origen vegetal.

  • Ácido poliláctico (PLA): Es la alternativa sin plástico más común, sobre todo para las bolsas piramidales "de seda" que antes se fabricaban con nailon o PET. El PLA es un bioplástico derivado de la fermentación del almidón vegetal, normalmente de maíz o caña de azúcar. Tiene un aspecto "sedoso" y es duradero en agua caliente, pero no es un plástico basado en combustibles fósiles. Está certificado como compostable comercialmente, lo que significa que se descompone en condiciones específicas de compostaje industrial. Aunque es un polímero, no se sabe que desprenda microplásticos del mismo modo que el polipropileno o el nailon.
  • Almidón de maíz: Algunos fabricantes utilizan materiales explícitamente comercializados como hechos de almidón de maíz u otras fibras vegetales, que funcionan de forma similar al PLA.
  • Fibra de abacá: Se trata de una especie de plátano originaria de Filipinas. La fibra de sus hojas es fuerte, porosa y constituye un papel excelente para bolsas de té que no requiere refuerzo de plástico. Muchas bolsas de papel de alta calidad sin plástico se fabrican con fibra de abacá 100%.

Cuando una empresa utiliza estos materiales, suele estar orgullosa de ello y lo indicará claramente en sus envases o en su sitio web. Busque términos como "biodegradable", "compostable", "sin plástico" o "fabricado con PLA / almidón de maíz / abacá".

El patrón oro: Té de hoja suelta

Para los puristas del té o cualquiera que desee despejar toda duda, la solución definitiva es prescindir por completo de la bolsita. El té de hojas sueltas es la forma más tradicional y pura de disfrutar de esta bebida. Sólo contiene las hojas de té secas. Para preparar té de hojas sueltas se necesita un infusor reutilizable, como una bola de té de metal, un infusor de cesta que se coloca en la taza o una tetera con colador incorporado. Aunque requiere un paso adicional, los beneficios son numerosos:

  • Plástico cero: No existe ningún riesgo de contaminación por microplásticos procedentes de los envases durante el proceso de elaboración de la cerveza.
  • Mayor calidad: Las hojas de té sueltas suelen ser de mejor calidad que el "polvo" fino y las "hebras" que se utilizan en la mayoría de las bolsitas de té del mercado de masas, lo que se traduce en un sabor más complejo y lleno de matices.
  • Menos residuos: No hay bolsas, etiquetas ni cordeles de un solo uso que desechar después de cada taza.

Pasarse al té a granel es una forma sencilla y muy eficaz de controlar por completo lo que entra en la taza.

Unas palabras sobre las bolsas de tela no tejida y su composición

El término "no tejido" puede resultar confuso. Se refiere simplemente a un material similar a un tejido hecho de fibras unidas entre sí mediante un tratamiento químico, mecánico o térmico, en lugar de estar tejidas o tricotadas. Las bolsas no tejidas pueden estar hechas de polímeros plásticos (como el polipropileno) o de fibras naturales (como el algodón, la pulpa de madera o el abacá). Por lo tanto, una bolsa de té "no tejida" no está intrínsecamente libre de plástico. Es esencial verificar el material de origen. Los proveedores reputados de bolsas de papel alimentario y otras soluciones de envasado serán transparentes en cuanto a la composición de sus productos no tejidos, ofreciendo opciones fabricadas con fibras naturales y biodegradables verificables.

Método de elaboración Potencial de microplásticos Calidad del sabor Conveniencia Impacto medioambiental
Bolsa de papel convencional Alta (de sellador de polipropileno) Inferior (utiliza posos/polvo de té) Muy alta Alta (de un solo uso, forrada de plástico)
Bolsa piramidal "Silken Alta (si es nailon/PET) o Ninguna (si es PLA) Alta (permite hojas enteras) Muy alta Varía (plástico frente a compostable)
Bolsa sin plástico Ninguno (cosido, grapado o fibra vegetal 100%) Buena a alta Alta Bajo (biodegradable/compostable)
Té en hojas sueltas Ninguno La más alta (hojas enteras de alta calidad) Inferior (requiere infusor) La más baja (sin bolsa de un solo uso)

Dato 5: Potenciar el cambio mediante el consumo consciente y la responsabilidad del sector

Comprender el problema de los microplásticos en las bolsitas de té es el primer paso. El segundo, y posiblemente más poderoso, es utilizar ese conocimiento para impulsar el cambio. Como consumidores, nuestras decisiones de compra envían una señal clara al mercado. Al elegir activamente productos sin plástico y exigir una mayor transparencia, podemos empujar colectivamente a la industria del té hacia prácticas más seguras y sostenibles. Este cambio comienza con decisiones individuales, pero culmina en una transformación de toda la industria.

Cómo leer las etiquetas y buscar certificaciones

Navegar por el pasillo del supermercado puede ser todo un reto, pero conocer las señales adecuadas puede simplificar tu elección. Al examinar una caja de té, busque un lenguaje explícito y positivo. Términos vagos como "natural" o "puro" suelen carecer de sentido desde el punto de vista del envase. En su lugar, busque afirmaciones específicas como

  • "Bolsas de té sin plástico"
  • "Bolsas de té compostables"
  • "Fabricado con papel 100%"
  • "Bolsas fabricadas con Soilon" (una marca de PLA)
  • "Bolsas sin blanquear y sin grapas"

Las certificaciones también pueden ser una guía útil. Aunque no existe una certificación específica "sin plástico" reconocida universalmente, busque los símbolos que indican que el envase es comercialmente compostable (como los logotipos BPI o Seedling). Esto suele indicar que el material de la bolsa es PLA u otro bioplástico, no un plástico tradicional de combustibles fósiles.

Preguntas a las empresas de té

Si el envase de una marca no está claro, no dude en convertirse en un investigador activo. Una empresa orgullosa de sus materiales estará encantada de responder a sus preguntas. Una empresa evasiva puede tener algo que ocultar. Normalmente, en su sitio web encontrará un correo electrónico o un formulario de contacto. Considere la posibilidad de hacer preguntas directas y específicas como

  • "¿Sus bolsitas de té están selladas con calor y, en caso afirmativo, contienen polipropileno u otro plástico?".
  • "¿De qué material están hechas sus bolsitas de té? ¿Son compostables o biodegradables?".
  • "Si sus bolsas piramidales son 'de seda', ¿están hechas de PLA, nailon o PET?".

Cuantos más consumidores hagan estas preguntas, más presión sentirán las empresas no sólo para utilizar materiales más seguros, sino también para ser transparentes al respecto en sus envases.

El papel de los proveedores de envases responsables

El abandono del plástico en las bolsitas de té no es responsabilidad exclusiva de las marcas de té, sino que se extiende a toda su cadena de suministro. Los fabricantes que producen el papel de filtro y fabrican las bolsitas desempeñan un papel fundamental. Un compromiso de proveedores de envases responsables es fundamental para que las opciones sin plástico sean accesibles y asequibles para las empresas de té. Estos proveedores están a la vanguardia de la innovación, abasteciéndose y desarrollando materiales como PLA no tejido, papel de abacá y otras fibras vegetales que satisfacen las necesidades funcionales de una bolsita de té sin los costes medioambientales y sanitarios ocultos. Al asociarse con proveedores que dan prioridad a la sostenibilidad y la transparencia de los materiales, las marcas de té pueden garantizar la integridad de su producto desde la hoja hasta la taza.

Defender el cambio en todo el sector

Más allá de las decisiones individuales, hay espacio para una defensa más amplia. Apoyar a las organizaciones que hacen campaña contra los plásticos de un solo uso ayuda a aumentar el nivel general de concienciación y puede conducir a la adopción de medidas reguladoras. En la Unión Europea y en algunos estados de EE.UU. hay cada vez más movimientos para restringir o prohibir determinados plásticos de un solo uso. Aunque las bolsas de té han pasado en gran medida desapercibidas, una mayor presión pública podría hacer que se hable de ellas.

Compartir artículos como éste, hablar con amigos y familiares sobre el tema y apoyar a las marcas que ya han hecho el cambio contribuyen a generar una corriente de cambio. El mensaje colectivo es innegable: los consumidores de té queremos que nuestro antiguo ritual sea saludable y esté libre de la contaminación moderna. La elección de pedir ¿tienen microplásticos las bolsitas de té de papel? es el comienzo de un viaje hacia una taza de té mejor y más limpia para todos.

Preguntas frecuentes sobre microplásticos en el té

1. ¿Son malas todas las bolsitas de té de papel? No todos. El problema no está en el papel en sí, sino en el plástico (normalmente polipropileno) que se utiliza para termosellar muchas de ellas. Las bolsas de té cosidas con hilo de algodón, plegadas o selladas con una grapa metálica no contienen este sellante plástico y son una opción mucho más segura.

2. ¿Qué es el PLA (ácido poliláctico) y es una alternativa segura? El PLA es un bioplástico derivado de recursos renovables como el almidón de maíz o la caña de azúcar. Se utiliza para fabricar bolsas piramidales "sedosas" y algunas bolsas similares al papel. A diferencia de los plásticos derivados del petróleo, como el nailon o el polipropileno, el PLA es biodegradable y compostable comercialmente. Las investigaciones actuales sugieren que no desprende microplásticos a temperaturas de cocción, lo que lo convierte en una alternativa segura ampliamente aceptada.

3. ¿Cómo puedo saber visualmente si mi bolsa de té contiene plástico? Realice una sencilla prueba de engarce. Mire el borde sellado de la bolsa. Si parece que ha sido fundido con un patrón perfectamente recto, plano y ondulado, y tiene una textura ligeramente brillante o cerosa, es muy probable que esté termosellada con plástico. Las bolsas que están visiblemente cosidas, dobladas o tienen una grapa metálica no contienen plástico.

4. ¿Comprar té "ecológico" significa que la bolsa no contiene plástico? No necesariamente. La certificación "ecológica" se aplica a las hojas de té en sí, certificando que han sido cultivadas sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos. No regula el envasado. Un té ecológico puede venderse en una bolsa de papel termosellada con polipropileno. Debe comprobar el envase para ver las declaraciones independientes sobre el material de la bolsa en sí.

5. ¿Las populares bolsitas de té "de seda" en forma de pirámide contienen plástico? Depende totalmente de la marca. Originalmente, muchas de estas bolsas se fabricaban con nailon o tereftalato de polietileno (PET), ambos plásticos derivados del petróleo que filtran partículas. Debido a la concienciación de los consumidores, muchas marcas se han pasado al PLA (véase más arriba). Si la caja no indica explícitamente que la bolsa está hecha de PLA, Soilon o almidón de maíz, lo más seguro es suponer que podría tratarse de un plástico tradicional.

6. ¿Qué pasa con el cordel y la etiqueta de la bolsita de té? En la mayoría de los casos, el cordel es de algodón y la etiqueta de papel. Sin embargo, algunos cordeles se tratan con ceras o plásticos para mejorar su durabilidad, y algunas etiquetas se fijan a la bolsa con un adhesivo a base de plástico. Para obtener la máxima pureza, las marcas que utilizan bolsas cosidas en las que el cordel forma parte de la costura suelen ser la mejor opción.

7. ¿Existe alguna normativa gubernamental sobre la cantidad de plástico que contienen las bolsitas de té? En la actualidad, ni en Estados Unidos ni en la Unión Europea existen normativas específicas que limiten el uso de plásticos como el polipropileno en las bolsitas de té o que limiten el número de microplásticos que pueden filtrarse en una bebida. En general, se considera que estos materiales son seguros para el contacto con alimentos, pero estas normativas se establecieron a menudo antes de que se conociera el problema del desprendimiento de microplásticos a altas temperaturas.

El camino a seguir en nuestro ritual del té

Darse cuenta de que una simple taza de té puede contener miles de millones de partículas de plástico puede ser inquietante. Altera un ritual que muchos de nosotros apreciamos por su pureza y comodidad. Sin embargo, este conocimiento no tiene por qué ser una fuente de ansiedad. Por el contrario, puede ser un catalizador de empoderamiento. Nos llama a estar más presentes e indagar más sobre los productos que introducimos en nuestros hogares y en nuestros cuerpos.

El camino a seguir es el del consumo consciente. Implica mirar más allá del marketing de la parte delantera de la caja y escudriñar la lista de materiales de la parte trasera. Significa preferir la garantía tangible de una bolsa cosida o grapada, o la calidad sin adulterar del té a granel. Al tomar estas decisiones deliberadas, no sólo protegemos nuestro propio bienestar, sino que participamos en un debate más amplio sobre la responsabilidad de las empresas y la salud del medio ambiente. Cada bolsa sin plástico elegida y cada pregunta enviada a una empresa de té contribuye a un mercado que valora la transparencia y da prioridad a la salud de sus clientes frente a la comodidad de los selladores de plástico. Nuestra antigua relación con el té puede, y debe, seguir siendo una fuente de alimento puro y no adulterado.

Referencias

Ali, T., Habib, A., Muskan, F., Mumtaz, S., & Shams, R. (2023). Health risks posed by microplastics in tea bags: microplastic pollution - a truly global problem. Journal of Pollution and Health, 1(1), 1-5. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10389239/

Revista de seguridad alimentaria. (2025, 16 de enero). Un estudio demuestra que las bolsitas de té liberan millones de microplásticos al prepararse. https://www.food-safety.com/articles/10062-study-shows-tea-bags-release-millions-of-microplastics-when-brewed

Hernández, L. M., Xu, E. G., Larsson, H. C., Tahara, R., Maisuria, V. B., & Tufenkji, N. (2019). Las bolsas de té de plástico liberan miles de millones de micropartículas y nanopartículas en el té. Environmental Science & Technology, 53(21), 12300-12310. https://doi.org/10.1021/acs.est.9b02540

Estoy libre de plástico. (2025, 20 de marzo). Bolsitas de té sin plástico: Qué marcas estarán libres de microplásticos en 2025. https://www.implasticfree.com/why-you-should-switch-to-plastic-free-tea-bags/

Redes tecnológicas. (2024, 23 de diciembre). Bolsas de té y microplásticos: Lo que hay que saber. https://www.technologynetworks.com/applied-sciences/news/tea-bags-release-millions-of-microplastics-when-brewed-394522

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